Y nada mejor para terminar mes y poner fin a mis primeras vacaciones que una tarta popular muy demandada entre grandes y pequeños. Ya le tenía muchas ganas a esta tarta, porque si son ricas las galletas Oreos la tarta os puedo decir que tiene casi el mismo sabor, una tarta de gran textura y muy suave al paladar. No te puedes resistir.
Ingredientes:
-400 gr. de galletas Oreo (o dos cajas de 220gr, cada una. Cada caja contiene 4 bolsitas de mini galletas Oreo)
-300 gr. de queso de untar.
-120 gr. de azúcar glasé
-500 ml de nata especial postres.
-100 ml de leche
-1 sobre de gelatina neutra o 6 hojas de gelatina.
Elaboración:
Abrimos los paquetes de galletas y reservamos algunas
para decorar. Yo utilicé galletas mini, porque para decorar quedan mejor. Separamos el
relleno de la galleta y reservamos por separado.
Trituramos las galletas hasta hacerlas polvo. Nos podemos ayudar de algún aparato que tengamos por casa para ello o bien las metemos en una bolsa y le pasamos un rodillo por encima. Mezclamos la galleta triturada con 50 gramos de
queso (dejaremos reservado una o dos cucharadas del polvo de galleta para luego añadirlo a la crema) y con ello formamos la base de la tarta. Utilizaremos un molde desmontable de 22cm. Dejamos reposar en la nevera
hasta que coja cuerpo.
Mientras se enfría, vamos a preparar el relleno.
Batimos la nata junto al azúcar con unas varillas eléctricas hasta que esté
bien firme. Añadimos el queso y el relleno de la galleta que habíamos reservado, mezclamos bien y lo metemos en la nevera tapado
con papel film.
Calentamos a fuego bajo la leche y le echaremos la
gelatina. Si la gelatina es en lámina la hidratamos previamente en un poco de agua fría, la escurrimos y la introduciremos en la leche. Dejamos templar y mezclamos esta preparación con la nata reservada en
el frío. Añadimos parte de las galletas trituradas que habíamos reservado, removemos con movimientos envolvente y enérgicamente para integrar bien todos los ingredientes y la vertemos sobre la base de galletas.
Este tipo de postres es mejor dejarlo reposar de un día para otro en la nevera, para que a la hora de desmoldarlo sea más fácil porque ya tiene buena consistencia.
Una vez desmoldado decoramos con un poco de nata y las galletas que habíamos reservado.
Buen Provecho
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